Conoce las Leyendas Ecuatorianas, más interesantes del mundo

En el presente artículo conocerás algunas de las leyendas más famosas y representativas que tiene el país de Ecuador, también denominadas como leyendas ecuatorianasdonde la mayoría de estas son antiguos mitos y relatos de sus antecesores que han pasado de generación en generación, y hasta el día de hoy siguen siendo tan recordadas y descritas como lo eran en el pasado.

leyendas ecuatorianas

Los mitos y leyendas de Ecuador

Ecuador es visto como un territorio relativamente pequeño en comparación a otros países, pero también es uno de los más destacados en cuanto a su cultura, leyendas y folclore. Algunas de estas leyendas ecuatorianas surgieron gracias a las expresiones folclóricas, ya que varias de ellas sirvieron como inspiración para la creación de este tipo de leyendas, que hasta el día de hoy se siguen manteniendo vigentes debido a su gran reconocimiento por los ecuatorianos.

Cabe destacar que una cantidad considerable de estas leyendas ecuatorianas, fueron creadas con el propósito de mantener a los niños por el buen camino, basados en que si estos cometían actos de mal comportamiento, les pasaría algún tipo de tragedia dependiendo de la historia que se les estuviese contando.

En este país existe una diversidad de mitos y leyendas antiguas que trascienden de generación en generación, y varían en diferentes regiones del país. Es por ello que en este artículo haremos una recopilación de los mitos y leyendas ecuatorianas más famosas y representativas de dicho lugar. Aunque algunas de estas historias surgieron de personajes de antiguas culturas, por lo que también se les consideran como mitos.

Leyendas del Ecuador más interesantes

Las leyendas ecuatorianas, se refieren a una serie de fábulas e historias populares, que se han mantenido tal cual a pesar del paso de los años transcurridos desde ese entonces, aproximadamente desde que los españoles lograron conquistar dichas tierras fue que comenzó el surgimiento de estas historias.

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Estas interesantes historias del país Ecuador, son parte de la ficción, pero al mismo tiempo no se alejan a su cultura sudamericana, puesto que llevan consigo diversos aspectos y apariciones de su propia cultura nacional que son muy característicos.

Algunas de las leyendas ecuatorianas que más se destacan por su historia o conservación entre generaciones son: la Leyenda de Cantuña, la Bella Aurora, el duende de San Gerardo, el ataúd ambulante, entre otras. Por lo que a continuación le presentaremos algunos de estos relatos, que ya cuentan con un alto nivel de popularidad por parte de los ecuatorianos. 

Leyenda de Cantuña

La leyenda de Cantuña, se destaca por ser conocida como la primera de todas las leyendas ecuatorianas que tuvo lugar en el Centro Histórico de Quito. Se trata de un indio muy astuto y escurridizo, el cual tenía un gran reconocimiento entre los habitantes de su pueblo, por lo que algunos de los  religiosos franciscanos decidieron buscarlo para asignarle una tarea de suma importancia.

La tarea fue que construyera una iglesia católica en Ecuador, específicamente en la capital de Quito, tras escuchar esto, el emprendedor y sabio indio la aceptó sin ningún tipo de inconveniente, y según sus mismas palabras dijo que dentro de seis meses exactamente estaría lista la edificación de la iglesia católica.

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Aun así, él aceptó solo con una condición para que dichos planes de construcción se pudieran llevar a cabo, la cual era que una vez finalizada la construcción del edificio le habrían de entregar una considerable suma de dinero por parte de los religiosos franciscanos, a lo que estos no tuvieron más opción que aceptar la propuesta.

A pesar de que los franciscanos concluyeron el trato con el indígena, aún así no le creyeron para nada cuando dijo que tendría lista la construcción finalizada en un período de aproximadamente seis meses, puesto que era muy poco tiempo para una edificación de tal magnitud, aunque de que el mismo Cantuña les dio su palabra en dicha propuesta, como de igual manera les mencionó que contaría con el apoyo de algunos otros trabajadores.

Esta era una hazaña única e imposible de lograr en un período de tiempo tan escaso. El indio Cantuña lo sabía a la perfección, pero aún así, brindó todo su esfuerzo y compromiso en la construcción de esta edificación católica, junto a un grupo de indígenas que él mismo había reunido, en donde sembró su fe y esperanza de que culminarían la obra a tiempo.

Fue transcurriendo el tiempo, hasta llegar al mes cinco de la construcción, pero el edificio no progresó como se tenía planeado, por lo que para ese entonces ya era inalcanzable lograr el objetivo que se les había propuesto a los franciscanos. Cantuña al observar la situación en la que se encontraba, sintió angustia y desesperación de inmediato y casi enseguida debido a la situación, se le vino a la mente un pacto con el diablo.

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El pacto consistía en que el diablo le ayudaría a concretar la construcción del edificio en el tiempo que se tenía planificado, pero esto a cambio de que el indio le entregase su alma. Según las palabras de Cantuña, Lucifer apareció en su mente en aquellos momentos de desesperación, por lo que no tuvo más opción que aceptar el pacto, puesto que el mismo lo atormentaba al repetirle una y otra vez lo siguiente:

«Cantuña. Estoy aquí para apoyarle en su preocupación, voy a ayudar a edificar el atrio no terminado antes de que aparezca el nuevo día. A cambio, me pagas con tu alma».

Cuando se pactó el trato, el diablo llevó enseguida una cantidad exorbitante de demonios provenientes del inframundo al lugar donde se encontraban haciendo la edificación, para que trabajara arduamente en terminarla a tiempo y de esta manera obtener el alma del indio lo más pronto que fuera posible y, llevarlo a los umbrales más profundos del infierno.

Obviamente el ingenioso indígena Cantuña no se quedaría de brazos cruzados ante dicha propuesta pactada, por lo que mientras observaba cómo los súbditos del diablo estaban concluyendo el majestuoso templo católico, se dedicó a planificar un plan para que su alma no fuera llevada al inframundo.

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Mientras la construcción proseguía con éxito, el indígena recordó algo muy importante que le había dicho al demonio antes de pactar el trato, lo cual fue que solo aceptaría el trato si lo culminaba en el menor tiempo posible y que este debe estar construido al 100%, por lo que ninguna piedra, bloque o teja deberá de faltar en la edificación.

En ese preciso momento se le ocurrió la maravillosa idea de tomar una de las piedras de la construcción, específicamente de los muros que resguardaban el templo, y en ella se propuso a escribir un mensaje por si uno de los súbditos del demonio la encontraba.

 “Aquel que coloque esta piedra en su sitio, está asumiendo enérgicamente que Dios es mucho para poderoso y fuerte que él”.

Transcurrió un par de días y ya faltaba poco para finalizar el templo, pero en ese momento el diablo encontró aquella piedra donde estaba descrito el mensaje del indio, acto seguido prosiguió a leerlo y tras hacerlo se dio cuenta de la trampa que Cantuña le había hecho, por lo que de inmediato ordenó a sus plebeyos que se devolvieran junto con él al infierno, debido a la vergüenza y rabia que le provocó al ver cómo un mortal lo había engañado.

Si en este momento te sientes presionado, angustiado y desesperado y presientes que el mal se está acercando a ti tal como lo hizo con Cantuña, puedes recurrir a ver la Coraza de San Patricio, una poderosa oración capaz de alejar todo mal y cualquier otro tipo de presencia demoníaca, mientras que al mismo tiempo te protege y libera de todas aquellas malas vibras e influencias negativas que solo buscan hacerte daño.

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Prosiguiendo con el relato, el templo fue terminado justo a tiempo y el alma de Cantuña se salvó de caer en las manos del demonio, los religiosos franciscanos se quedaron sin palabras al ver el templo totalmente finalizado en el poco tiempo que se había acordado, por lo que al final tuvieron que cumplir con el pago establecido.

La dama tapada

La dama tapada, es una de las más antiguas leyendas ecuatorianas existentes y que usualmente se confunde con el relato de la «llorona» por lo que antes de empezar es bueno saber que estas son historias totalmente diferentes. Aunque lo que sí tienen en común, es que ambas son mujeres aterradoras que aparecen generalmente a los hombres.

Esta se destaca entre las leyendas ecuatorianas, por formar parte de su tradición. Empieza con una chica con una figura muy delgada y con la cara cubierta con un manto por lo que no se le puede apreciar bien su rostro, en cuanto a su vestimenta es de estilo elegante y muy esbelta, además de que siempre trae consigo una sombrilla.

Según los pobladores, cuando este espíritu se encuentra cerca de un hombre, de la nada comienza a desprender un olor particular que para el sexo masculino es irresistible, esto con el fin de que el mismo sienta una fuerte atracción hacia a ella y la siga a dondequiera que vaya.

Cuenta este relato que el olor que desprende la dama tapada, es tan seductor y agradable que los hombres quedan totalmente hechizados, tanto así que no piensa lógicamente cuando van tras ella, lo único que se les viene a la mente es alcanzar ese aroma tan particular y descubrir qué o quién es responsable de emanar dicho olor.

En el momento en que la dama tapada ya tenga a su presa, inmediatamente esta lo dirige a lugares o sitios muy solitarios, donde la presencia de personas sea totalmente nula, esto con el fin de que el hombre no tenga absolutamente nadie quien lo auxilie.

Cuando ella sienta que es el lugar y momento perfecto, procederá a pararse justo frente al hombre que la estaba siguiendo por el particular aroma que emanaba, acto siguiente ella procederá a quitarse aquel manto que le cubre completamente el rostro, revelando así su horrenda y aterradora cara.

Dicen que cuando el hombre observa cara a cara a la dama tapada no tendrá forma de escapar, ya que su corazón queda paralizado por el miedo y deja de latir, por lo que si no logra reaccionar e irse de ahí lo más rápido posible, solo será una víctima más de este espíritu.

De las demás leyendas ecuatorianas, se dice que esta fue basada en hechos reales y que fue descrita por testimonios de los pocos sobrevivientes que tuvieron la suerte de salir con vida después de haberse topado con el espíritu de la dama tapada, pero lamentablemente algunos de estas víctimas quedaron dementes y tuvieron que ser recluidas a centros de salud mentales, ya que ver el rostro de aquella dama les generó un trauma de por vida.

El padre Almeida

Esta leyenda es sobre un sacerdote, el cual no cumplía tan bien su deber, ya que uno de los pasatiempos que más disfrutaba hacer y con mucha frecuencia, era tomarse varios tragos de aguardiente en horas nocturnas, por lo que para esto tenía que escaparse del templo donde se encontraba, casi todas las noches.

Este sacerdote o también conocido como el padre Almeida, tenía una forma muy particular de escaparse de dicho templo, puesto que tenía que ir a la parte más alta de la torre y con mucha astucia sin que nadie lo viera, se dejaba descender hacia la calle. Pero para que esto fuera posible, primero tenía que subirse sobre la estatua del mismo Jesucristo ya que no era capaz de alcanzar la única salida que estaba justo en ese sitio por su propia cuenta.

Pero una noche no le saldría todo como lo esperaba, ya que en uno de sus escapes para complacer su placer y ansiedad de licor, se colocó sobre uno de los brazos de Nuestro Señor, y tan solo tenía que dar un brinco para salir de aquel lugar y poder satisfacer sus deseos alcohólicos, pero en ese preciso momento escuchó una voz reclamándole.

«¿Padre Almeida, cuándo llegará el día en que termines de hacer esto?».

Esas fueron las palabras exactas que escuchó el padre Almeida justo antes de retirarse nuevamente a la cantina como hacía todas las noches, pero como pensó que aquellas palabras vinieron de su imaginación y al no notar la presencia de alguien, tuvo la audacia de responder lo siguiente:

«Hasta que tenga interés de tomar otra bebida».

Después de esto siguió su camino como si nada y en cuanto llegó a la cantina comenzó a tomar como nunca antes lo había hecho, hasta el punto de llegar al estado de embriaguez, esto debido a la cantidad exagerada de alcohol que había consumido en tan poco tiempo, por lo que no era consciente de lo que hacía.

Por el estado en el que se encontraba el sacerdote este fue por casi todo el camino tropezando con cada persona que tenía cerca, pero en ese momento una cantidad enorme de personas pasaban por el mismo camino donde este se encontraba debido a que cargaban con un ataúd, por lo que se puede decir que estaban en medio de un funeral.

Accidentalmente el ataúd cae en el centro de la calle y debido al impacto la tapa se había roto, dejando al descubierto la cara del difunto. Al sacerdote a pesar de cómo se encontraba, le mató la curiosidad de ir a ver lo que había pasado exactamente.

Sus ojos se quedaron petrificados al ver el cadáver que estaban a punto de enterrar ese mismo día, era el mismo Almeida, ante tal revelación de un segundo para otro ya se encontraba completamente sobrio y cuerdo, por lo que inmediatamente fue corriendo hacia el templo.

Cuando llegó, se puso de rodillas ante Jesucristo y juró que nunca más volvería a tomar una sola gota de alcohol, y tal como prometió desde aquella experiencia no volvió a escaparse del templo sin importar cuántos fueran sus deseos de volver a tomar. Es una de las leyendas ecuatorianas que se destacan por dejar un mensaje a todas aquellas personas que estén en una posición parecida.

Si en este momento estás atravesando una situación parecida, por algún vicio que deseas dejar pero por más que lo intentes no puedes, ya que aún no estas emocionalmente preparado para eso, puedes ver este artículo sobre la Sanación Cuántica, para que de esta manera puedas aliviar esas dolencias emocionales y espirituales que te atormentan y sientes que no te dejan seguir adelante.

La Bella Aurora 

La bella Aurora es una de las tantas leyendas ecuatorianas que se desarrollan precisamente en la ciudad de Quito. El relato se refiere a una joven chica con una belleza espectacular, la cual denominaban con el nombre de la bella Aurora.

Ella tuvo la fortuna de ser nacida y criada por una familia de alta clase, y por ende con unos padres prestigiosos en toda la sociedad ecuatoriana, en otras palabras, el dinero era lo menos que le faltaba. Desde el comienzo de su cadena familiar todos sus planes siempre habían salido tal cual lo esperaban, por lo que poseían el lujo de vivir con total tranquilidad.

La bella Aurora tenía una gran fama por parte de los chicos, quienes deseaban conquistar el amor de ella, pero en la mayoría de ocasiones fracasaban en su intento. Esto era debido a que la joven Aurora no quería un matrimonio serio por los momentos y mucho menos con alguien que no estuviera en su mismo estatus social.

Un domingo por la tarde, ella decidió ir un rato a ver las corridas de toros que estaban a punto de iniciarse en la Plaza Independencia, pero sin antes realizar la fiesta taurina, la cual se desarrolló de manera pasiva y sin ningún tipo de inconveniente por parte de los espectadores y asistentes.

Todo transcurrió con normalidad hasta que de repente al ruedo llegó un toro enorme con un pelaje negro brillante, mientras que de su nariz salía un candente vapor, con unos ojos que emanaban la furia del mismo como si fueran unas bolas de fuego y su enorme boca rugiendo a más no poder.

El fuerte y enigmático toro corrió casualmente hasta donde se encontraba Aurora en forma de estampida, y justo antes de hacerle daño físicamente, este se le quedó viendo con una mirada fija y penetrante hacia la pobre chica, que tras ver esto quedó desmayada inmediatamente.

Los padres agarraron a su hija inconsciente y la llevaron rápidamente a casa para que pudiera descansar un poco después de lo ocurrido. Horas más tarde Aurora despertó y se sentía mucho mejor, pero su alivio no duró mucho tiempo, ya que muy cerca de donde se encontraba escucho un fuerte golpe en una de las paredes que quedó completamente desecha.

Cuando volteó era nada más y nada menos que el toro que le había dado aquel susto en la Plaza Independencia, le había seguido el rastro hasta su casa. Ella ante tal situación empezó a hacer lo posible para gritar o salir corriendo pero su mente y cuerpo estaban totalmente paralizados por el mied,o por lo que no podía mover ni un músculo.

La bestia no tardó ni un segundo en embestirla con una fuerza y violencia nunca antes vista, por lo que la chica perdió la vida en tan solo segundos. Cuando los padres llegaron ya era demasiado tarde, no había ningún rastro del animal, solamente el cuerpo de su difunta hija tirado en el suelo. Hasta el día de hoy es una de las leyendas ecuatorianas que no se ha podido resolver, ya que no se sabe por qué ese animal atacó a Aurora y cómo este desapareció después.

El gallo de la catedral 

Esta es otra de las leyendas ecuatorianas que surgió también en la ciudad de Quito, Ecuador. Todo comienza con un joven caballero que tenía a su disposición una fortuna considerable en aquellos tiempos, por lo que era muy conocido por la población con el nombre de Don Ramón Ayala y Sandova.

Sus pasatiempos eran disfrutar al máximo la vida y las actividades nocturnas, además de que también era un experto en la guitarra y le fascinaba tomar un poco de alcohol con sus amigos más cercanos. Dicen que el amor de su vida era una chica llamada Mariana, quien residía muy cerca de la propiedad de aquel joven.

A pesar de la cantidad exorbitante de dinero que poseía Don Ramón Ayala, vivía una vida muy rutinaria casi todos los días de la semana, algunas de sus actividades diarias eran levantarse exactamente a las seis de la madrugada para desayunar, en cuanto a su almuerzo siempre comía carne asada, con papas y huevos fritos junto a una buena taza de chocolate caliente.

Luego disfrutaba un poco de la literatura en la biblioteca, y proseguía a tomar una pequeña siesta cuando se sintiese muy cansado. Al despertar tomaba un baño para recorrer en la tarde todas y cada una de las calles de esa zona, hasta llegar a la tienda donde trabajaba su hermosa Mariana que apodaban la Chola. Después degustar unos cuantos licores, generalmente insultaba al gallo de la catedral cuando iba de camino a casa.

Pero un día al estar culminando su rutina diaria, de regreso a casa comenzó a insultar y desafiar al gallo que se encontraba en la cima de la catedral, presumiendo que él era el más gallo de ese lugar. Pero ocurrió algo inesperado, aquel gallo aceptó el desafió y se abalanzó sobre el hombre.

Don Ramón Ayala no sabía qué estaba pasando, por lo que mientras el gallo picoteaba fuertemente su cabeza este no tuvo más opción que rogarle que le dejara en paz, que haría lo que sea. A lo que el animal le respondió lo siguiente:

«No vuelvas a beber alcohol, porque si lo vuelves hacer, no tendré misericordia de ti y te mataré»

Después de esta experiencia por obvias razones el hombre no volvió a consumir una sola gota de alcohol por un buen tiempo y tampoco se atrevió a insultar o desafiar de nuevo al gallo de la catedral. Aunque en varias versiones en las leyendas ecuatorianas de este relato, dicen que esto solo fue una broma por parte de sus amigos para que dejara ese vicio.

Pero esto se contradice con el final de la historia, ya que un día uno de sus amigos más cercanos le ofreció a compartir un poco de licor, al principio se negó rotundamente pero terminó por convencerlo y desde aquel día no se supo más nada del señor Don Ramón, fue un completo misterio su desaparición repentina, ya que no dejó rastro alguno.

Leyenda de Mariangula 

La historia de Mariangula, hasta hoy en día es considerada como una de las leyendas ecuatorianas que causan más pánico entre los espectadores debido al trasfondo que lleva. Todo comienza con una adolescente de 14 años y su madre que tenía un pequeño negocio de tripas asadas a la braza donde no le iba tan mal.

Un día la madre de la adolescente le encargó una tarea a su hija, que era buscar tripas para poder abrir el negocio debido a que se les habían agotado las que tenía a su disposición. La joven tenía un carácter rebelde por lo que no estaba en sus planes pasar la tarde buscando tripas y prefirió pasar el rato con sus amigos.

Pasando las horas la chica finalmente reaccionó y no paraba de pensar en el fuerte castigo que su madre le daría por no cumplir con su tarea, puesto que además se había gastado todo el dinero en golosinas con sus amigos, gracias a ello ahora no tenía ninguna forma de comprar las tripas y llevarlas a casa tal cual como debió haber hecho desde el principio.

La joven ya estaba de camino a casa y no paraba de pensar en qué hacer para detener esa incesante preocupación que la acompañaba en el transcurso de todo el camino. Su desesperación crecía con cada paso que daba, hasta el punto de que su corazón no dejaba de latir aceleradamente, en eso ella estaba pasando por un cementerio y fue allí cuando se le ocurrió una brillante y perturbadora idea.

Era el cementerio municipal de Quito, uno de los más grandes y con mayor cantidad de personas de todo el país, por lo que sin pesarlo dos veces decidió entrar, pero su plan lo llevaría a cabo en medio de la noche para que no hubiera ningún testigo de por medio, o esto es lo que relatan en la historia de Mariangula de las leyendas ecuatorianas.

Llegó el anochecer y puso en acción su macabra y escabrosa idea, buscó a difuntos recién enterrados, para sacarles las vísceras a varios de estos y así hacerlas pasar como las que debía de comprar en el mercado. Al culminar fue a casa lo más rápido posible y le entregó a su madre el encargo.

Estas sorprendentemente se vendieron mucho más rápido que vísceras comunes del mercado, por lo que para la madre fue un gran día pero en cuanto a la hija, todo lo contrario, ya que no podía estar tranquila después de lo que había hecho y para su tortura, aquel momento no se lo podía sacar de la mente por más que quisiera.

Entrando la noche de ese mismo día, Mariangula procede a tratar de dormir un poco en su habitación, aunque se le hacía imposible, de repente la chica escucha cómo alguien golpea con fuerza la puerta principal de su casa, lo que se le hizo raro y aterrador debido a que ya era más de la media noche.

Al parecer ella fue la única que escuchó tal impacto, ya que los demás seguían durmiendo como si nada. Sin embargo, un par de minutos después una escalofriante voz hizo acto de presencia en la habitación de la joven, repitiendo una y otra vez la siguiente frase:

“María Angula, regresa las vísceras que me quitaste y robaste de aquel sepulcro”.

Cada vez la voz se hacía más fuerte y con mayor frecuencia, al mismo tiempo se comenzaron a escuchar pasos que se dirigían a la habitación de la chica. En ese momento de angustia y desesperación la joven no pudo soportarlo más y decidió acabar con eso.

Fue de inmediato a su cajón y sacó una tijeras, las mismas con las que se abrió el estomago y extrajo sus propias vísceras con el objetivo de pagar su deuda. Al día siguiente lo único que se pudo encontrar fue el cuerpo sin vida de Mariangula encima de su cama.

Esta es una de las leyendas ecuatorianas que se caracterizan mayormente por lo mórbidas e impactantes que son, aunque si te interesan este tipo de relatos, puedes darle un pequeño vistazo a las Leyendas Mayas, pues algunas de estas son capaces de ponerle los pelos de punta a cualquiera.

La caja ronca 

Antes que nada cabe destacar que «la caja ronca» es una de las pocas leyendas ecuatorianas que al final de su historia nos deja con una valiosa lección. Esta tiene lugar en la ciudad de San Miguel de Ibarra Ecuador, donde residían Carlos y Manuel, dos niños que poseían una estrecha y feliz amistad.

Un día a tempranas horas de la mañana los pequeños decidieron irse a jugar como siempre lo hacían, pero cuando estaban a punto de retirarse, el padre de Carlos apareció y les dijo a ambos que antes de irse a jugar fueran a regar las plantas sembradas justo en la parte de atrás del jardín, puesto que la época de verano había llegado y esto provocaba que las mismas se marchitasen si no eran cada cierto tiempo hidratadas.

Los pequeños obedecieron la orden del padre y fueron directo al jardín pero como aún era muy temprano y tenían toda la tarde para cumplir esa simple tarea decidieron retozar en el campo por un par de horas, pero la noción del tiempo se les fue y llegó la noche más rápido de lo que creían.

En ese momento Carlos había recordado el mandado de su padre e inmediatamente le dijo a su amigo Manuel que si lo podía acompañar a regar las plantas puesto que ya era muy tarde y tenía miedo de hacerlo el solo con toda esa oscuridad, a lo que su amigo le respondió que por supuesto lo acompañaría.

El campo era inmenso, ya que rodeaba toda la casa, pero las plantas que tenían que regar se encontraban en la parte trasera del jardín, además de que era el sitio que poseía la menor iluminación, los chicos no tuvieron más opción que ir y hacer lo que tenían pendiente, pero al momento que se encontraron regando las plantas el ambiente se sintió mucho más oscuro y aterrador de lo que ya estaba.

Pero lo peor fue cuando de la nada los pequeños comenzaron a oír voces extrañas, a las cuales no podían entender nada de lo que decían, los niños atestiguan que dichas voces parecían estar rezando en algún tipo de idioma extranjero. Ante esta situación Carlos y Manuel decidieron esconderse en lo primero que vieron, en este caso detrás de un arbusto.

Mientras ambos niños estaban escondidos se percataron de que había aparecido una fila de personas flotando en el aire y estos tenían sus caras completamente cubiertas por una capucha, mientras que cada uno de ellos traía consigo una vela larga, pero ninguna estaba encendida.

Al culminar la procesión que estaban haciendo esos espíritus, dieron paso a la aparición de una extraña carroza conducida por una clase de criatura demoníaca, ya que en su cabeza resaltaban un par de cuernos extremadamente afilados, además de que su sonrisa estaba llena de dientes gruesos y puntiagudos, tanto así que tenían una gran similitud a unas lanzas incrustadas en su boca, también relucían sus fríos y diabólicos ojos.

En ese momento a Carlos se le viene a la mente una de las antiguas leyendas ecuatorianas que su abuelo le solía contar todo el tiempo, la cual se denominaba  la “caja ronca” ,  y se trataba sobre unos entes malignos que escoltan una caja mítica, por lo que cuando analizaron con detenimiento se dieron cuenta que dichos entes eran las mismas criaturas que estaban al frente de ellos.

Esto fue demasiado para los pequeños y terminaron perdiendo el conocimiento, aunque a los pocos instantes de recobrarlo pudieron apreciar que esas terroríficas criaturas ya no estaban, pero en su lugar vieron que cerca de ellos se encontraba tirada una de aquellas velas largas y blancas pertenecientes a esos seres del más allá.

Cuando decidieron verla con más detalle se dieron cuenta que lo que estaban sosteniendo no era una vela ordinaria como se veía a simple vista, sino que en realidad se trataban de huesos humanos, esa fue la gota que derramó el vaso, ambos niños completamente traumatizados gritaron y se fueron corriendo de manera inmediata a sus casas.

Desde ese preciso momento ambos niños no volvieron más nunca a salir a la calle en horas de la noche y mucho menos burlarse de los antiguas mitos y leyendas ecuatorianas que les contaban sus ancestros. A su vez, su comportamiento mejoró considerablemente, por lo que ya no dejaban sus deberes en segundo plano y más cuando se trataban de tareas fuera de casa.

La Capa del Estudiante

Como todas las fábulas y leyendas ecuatorianas, es una historia que se considera tanto curiosa como misteriosa, con un toque sobrenatural. Esta empieza cuando un grupo de estudiantes decide reunirse con el objetivo de prepararse y estudiar para los exámenes finales del año que estaban a punto de comenzar.

Dentro de aquel grupo se encontraba un estudiante en particular llamado Juan, el cual no tomaba el mismo interés ni empeño a los exámenes que estaban por venir como sus demás compañeros, en ese momento Juan se encontraba angustiado pero no por las pruebas, si no por sus botas de vestir que ya estaban viejas y deterioradas.

Para que puedas entender un poco más el por qué de esto, es porque el joven Juan era un chico muy presumido, el cual tenía una reputación que mantener, puesto que siempre asistía a todos sus exámenes con una buena vestimenta, elegante y costosa, pero en ese momento su calzado no estaba en las mejores condiciones y no tenía el dinero suficiente para poder reemplazarlos.

Sus compañeros tras saber el por qué de la angustia de su compañero, le sugirieron el consejo de vender su capa y de esta manera obtuviera el dinero que necesitaba para comprar un nuevo calzado. Pero el chico no se sintió muy a gusto con esa idea, por lo que después de una larga charla con sus amigos llegaron a un acuerdo, donde ellos aceptaban darle el dinero a él pero antes debía hacer algo.

La condición que le propusieron sus amigos era que Juan tendría que ir al cementerio “El Tejar” y recorrer tumba por tumba hasta encontrar la de una joven chica que había muerto recientemente por su propia voluntad, es decir ella misma se quitó la vida. Pero eso no era todo, ya que después de hallarla debería de clavar un clavo en la misma tumba de aquella chica.

Lo que sus amigos desconocían era que aquella joven chica era la novia de Juan y tomó la triste decisión de partir de este mundo cuando se enteró que el mismo le estaba siendo infiel. Lo último que quería Juan era recordar su pasado y por nada en el mundo quería ir hacia ese lugar, pero necesitaba el dinero, por lo que no tenía otra opción que acudir a ese nefasto encuentro.

El chico brincó la reja que rodeaba al cementerio y fue directo a la tumba de la chica, puesto que quería terminar esto lo más pronto posible. Cuando llegó, sacó rápidamente de sus bolsillos un pequeño pero fuerte martillo y un pequeño clavo que proseguiría a clavar en el sarcófago de la chica. El sentía que con cada martilleo que daba era como una clase de perdón por todo el dolor que él mismo le había causado a ella.

Una vez culminado lo que debía hacer, decide regresar inmediatamente a donde se encontraban sus amigos para mostrarles que había cumplido el reto tal cual se lo asignaron, pero algo lo detenía, estaba completamente paralizado y no podía mover ni una sola extremidad de su cuerpo.

Al siguiente día por la mañana a sus compañeros, que esperaban pacientemente la presencia de Juan, se les había hecho raro de que este no había regresado por lo que decidieron ir a la tumba donde se encontraba aquella chica enterrada para ver qué le había pasado, pero al llegar todos se quedaron aterrados y al mismo tiempo confundidos por lo que estaban viendo.

Lo que habían encontrado era nada más y nada menos que el cuerpo sin vida de su compañero Juan que estaba postrado justo al lado de la tumba de la joven, pero lo que causa más impacto es que la capa del chico se encontraba completamente intacta a pesar de que se encontraba clavada en la tapa del féretro, es decir en la tumba de la chica. Esta muerte fue un completo misterio y nunca se encontró una explicación lógica para lo que había sucedido esa noche.

El Huiña Güilli de Bolívar

Esta es una de las leyendas ecuatorianas más propias y características de este país. Se trata de un hombre llamado José, el cual era un jugador muy empedernido y con una gran experiencia y astucia en el campo de los juegos de cartas, pero a él no le bastaba tan solo con eso, puesto que generalmente solía hacer trampas y jugar sucio contra sus rivales.

Una noche, luego de un último juego de cartas, José salió del establecimiento de bebidas alcohólicas o mejor conocida como la tasca completamente forrado de monedas, las cuales llenaban sus bolsillos hasta más no poder, los pueblerinos tras ver esto se cansaron de sus diversos y consecutivos fraudes, por lo que decidieron idear un plan justo antes de que se fuera de aquel establecimiento.

El plan consistió en hacerle entrega de una botella de cristal repleta de luciérnagas, esto con el objetivo de que los demás pobladores pudieran verle cuando este llegase al pueblo y les diera un poco de tiempo para encerrarse en sus hogares para no encontrarse con su presencia. Mientras José seguía su camino como si nada, de repente se paró tras escuchar el llanto de un bebé no muy lejos de donde él se encontraba.

José no era el tipo de hombre que se preocupara por el dolor y padecimiento del ser humano, sin embargo en ese momento tras el continuo llanto del bebé y la presión que sintió en aquella situación no pudo soportarlo más y fue enseguida al lugar de donde provenía ese llanto, vio a la pequeña criatura y lo tomó inmediatamente para luego cubrirlo con su capa, sorprendentemente después de eso el niño paró de llorar.

Cabe decir que mientras José estaba buscando al recién nacido llorando, se le cayó el tarro de vidrio lleno de luciérnagas por lo que estaba completamente a oscuras con el bebé en sus brazos. El hombre aún así tuvo que proseguir ya que quedarse en medio de la nada con un niño en brazos en completa oscuridad no estaba entre sus planes.

A medida que iba avanzando el hombre se percató que de que el niño se empezó a calentar por alguna razón, tanto fue así que tuvo que quitárselo de encima puesto que ya no sentía casi sus manos y el dolor fue insoportable, como si se las hubieran prendido en fuego. Además de que sentía que le habían clavado un gran clavo en su estomago. En cuanto tiró al niño escuchó una fuerte voz proveniente de él, que le exclamó.

B: «Ya te tengo… ahora eres mío y te destrozaré».

J: «¿Pero por qué?, te busqué para salvar tu vida, no he hecho nada malo».

B: «Eres un ser humano avaro y egoísta además de tramposo, personas como tú no merecen seguir viviendo».

El hombre suplicaba por su vida al pequeño demonio, rogándole que le dejara ir, pero de un segundo para otro perdió totalmente el conocimiento y quedó desmayado. Al siguiente día el hombre se despierta puesto que ya había amanecido, se levanta lentamente pensando en lo de anoche y en eso escucha de nuevo el mismo llanto de aquel bebé.

En ese momento el experto y astuto jugador de cartas comprendió que lo que le había pasado no fue un simple sueño ni mucho menos una alucinación por el alcohol, fue real, por lo que a partir de ese instante no volvió a ingerir ningún tipo de bebida alcohólica mientras a su vez se dedicaría más a ayudar al prójimo y dejaría aquellos fraudes y apuestas en el pasado.

Leyendas Ecuatorianas Cortas para Niños 

Las leyendas ecuatorianas para infantes o también llamadas leyendas ecuatorianas para niños, se tratan de relatos que generalmente están muy ligados a su cultura popular junto a los acontecimientos de la misma historia. Anteriormente este tipo de cuentos se describían por los ancestros de cada familia y pasaban de generación en generación verbalmente.

Aunque ahora con la llegada de la tecnología estos relatos se expandieron de una forma increíble, por medio de vídeos, imágenes y otras herramientas más, lo cual pudo permitir que más personas tuvieran conocimiento de ellas. A continuación conocerás algunas de las más impactantes y destacadas leyendas ecuatorianas para niños.

La Tacona (También conocida como La Tacona de Esmeraldas) 

La Tacona es una de las muchas leyendas ecuatorianas propias de ese lugar, la cual relata que en una ciudad denominada La Tacona de Esmeraldas, vivió una joven y maravillosa chica, que se caracterizaba por su hermoso y largo cabello rubio. Una noche en particular la joven decidió pasear un rato en horas de la noche para despejar su mente.

Mientras la chica seguía su paseo con normalidad, se topó con un hombre que vino directo hacia ella, al principio no le dio importancia pero cuando sintió que algo no andaba bien ya era demasiado tarde, el hombre la agarró con fuerza y la forzó hasta una esquina para poder robarle un beso. Horas después la joven llega asustada y agitada a su vivienda con su traje roto y ojos llorosos que no paraban de soltar lágrimas después de lo sucedido.

De inmediato fue al baño a lavarse mientras que al mismo tiempo decía que a partir de este momento ningún otro hombre volvería a abusar de ella nunca más. Fue a su armario, de donde extrajo un deslumbrante traje rojo, el cual le quedaba muy bien con sus zapatillas. Volvió a salir pero esta vez a tomar unos tragos ya que quería olvidar lo que aquel hombre le había hecho.

Durante el transcurso del camino ella no paraba de llamar la atención de muchos hombres que podían evitar admirar su belleza, por lo que en muy poco tiempo se ganó el nombre de la “Tacona”, esto debido a sus altos tacones combinados con el vestido que la hacían ver como una diosa.

De todos aquellos hombres, solo uno tiene la valentía de acercársele y se atreve a invitarla a bailar, a lo que ella acepta, al momento de concluir el baile y el hombre la invita a que lo acompañe a las orillas del mar para conversar a solas, ella acepta su propuesta de ir a la playa pero en ese momento él la abraza e intenta robarle un beso a la fuerza, tal cual lo hizo el primer hombre.

Justo antes de que sus labios llegarán a los de ella, él noto que que la joven de un segundo para otro se había convertido en una clase de frío y aterrador cadáver. De todas las leyendas ecuatorianas, esta cuenta que la chica había hecho un pacto con la muerte, para poder vengarse de todos aquellos hombre que deseaban hacerle daño a ella de una u otra forma.

Los hijos del padre Chimborazo 

Todos saben que la mayoría de las leyendas ecuatorianas nacen en Quito, la capital de dicho país, pero esta es una de las pocas que surge en la Sierra Central del Ecuador; aún así no quita que sea muy reconocida por sus habitantes. Empieza con la Madre Tungurahua, la cual culpaba rotundamente a su esposo de no engendrar hijos blancos que fuesen iguales a él.

Un día la mujer caminaba por las orillas de las montañas puesto que estaba en la búsqueda de una de sus ovejas, ella pensó que se había extraviado, pero la verdad era que el Padre Chimborazo la había dejado escapar a propósito.

En eso ella se dirigió justo a su sembradío de plantas, donde encontró un hermoso y delicado frijol blanco. Ella procede a agarrarlo con delicadeza y a frotarlo contra su vientre, así, de la manera más extraordinaria concibió la maravilla del padre y de inmediato se implantó en la matriz de la mujer un bebé.

A partir de ese día el vientre de la chica no paraba de crecer cada vez más hasta ya no poder ocultarlo, por lo que después de que transcurrieron exactamente nueve meses ella dio a luz a un hermoso bebé que llevaba consigo las facciones del Padre Chimborazo. Su color de piel era blanca y suave, con unos finos cabellos rubios que parecían hilos dorados, como si fuera un pequeño Apu de la Nieve.

¿Qué significa Apu en las leyendas ecuatorianas?

Para aquellos que no sepan el significado de Apu, con esto se refieren a todas las deidades que habitan en las montañas y cerros. Se caracterizan por tener la capacidad del liderazgo y poder suficiente para influir en la energía de las cosas y personas. Este término es comúnmente utilizado en los mitos y leyendas ecuatorianas. El espíritu no tiene un sexo definido como tal, así que puede ser tanto masculino como femenino, esto también dependerá de a quien se le aparezca.

Los pobladores que cuentan este tipo de leyendas ecuatorianas, comúnmente a las niñas, creen fielmente en los relatos de aquellas orillas de las montañas poseen un poder sobrenatural capaz de procrear a las señoritas, por lo que generalmente los abuelos les advierten a sus nietas con esta historia de que no caminen por esos lugares y mucho menos si se encuentran solas.

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El misterio de la bocana del río Misahuallí

Esta es una de las pocas leyendas ecuatorianas nacidas a principios de la colonización del oriente del país, tal como lo indica su nombre tuvo lugar en la boca del río Misahuallí, donde un hombre de piel blanca mandó a sus hombres a instalar un pequeño campamento, puesto que tenían la tarea de explotar todos los árboles de caucho que estuvieran por las cuencas del río Aguarico.

Todo transcurrió con normalidad por unos cuantos días, pero esto acabaría con la llegada de un nuevo inmigrante, el cual no venía solo, sino que lo acompañaba su joven y espectacular hija a la que no le quitaban los ojos de encima, sobre todo el hombre cauchero que estaba al mando de la operación, ya que al ver su impresionante belleza logró conquistar su corazón.

El hombre aprovechando el buen lugar donde se encontraba el campamento, la cual era un terreno con una gran fauna y preciosa flora, logró en poco tiempo y con mucho esfuerzo conquistar el corazón de su amada.

Lamentablemente y por obvias razones, no tenían en ese instante alguna autoridad que pudiera legalizar su unión como pareja oficia, pero aún así esto no los detuvo de estrechar sus cuerpos y los únicos testigos que lo apreciaron fueron los abundantes y florecidos árboles de guaba.

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Pero ambos sabían perfectamente que con solo el amor no iban a sobrevivir, por lo que el hombre cauchero tuvo que viajar diversas veces al Aguarico para poder recolectar esa deliciosa fruta que brotaba de las plantas de caucho, mejor conocida como balata, la cual era una de las frutas más rentables en ese lugar y por ende, cada vez era más difícil encontrarla en cantidad.

La joven enamorada solo podía recordar la hermosa y dulce sonrisa de su amado mientras daba largos y pacíficos paseos en la playa al compás del sol del día, ya que era una de las actividades cotidianas que hacía junto a él. El tiempo transcurría y la joven seguía esperando a su romeo pero llegó un punto en el que él nunca regresó y quedó totalmente devastada.

La hermosa mujer no paraba de llorar y lo único que quería en ese momento era que la propia tierra la tragara, y eso fue lo que pasó, ya que un día simplemente esa mujer desapareció y no se supo más nada de ella. Sus familiares y amistades la buscaron por cada rincón y cada grieta, pero nunca encontraron algún rastro sobre ella, ni tampoco sabían qué le pudo haber pasado, es una de las leyendas ecuatorianas más misteriosas del país.

A pesar de los años, el relato aún seguía divagando entre los pobladores y se volvió tendencia después de que ocurriese un suceso inesperado. Todo comenzó en una mañana nublada y algo fría, cuando un pequeño grupo de indígenas decidieron pescar en la zona, fue entonces que de la nada vieron a una mujer que estaba posada sobre una piedra de tamaño considerable al lado del río.

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Los inocentes y amistosos indígenas se acercaron hacia ella, y le preguntaron de dónde venía, a lo que ella solo señaló al agua y acto seguido salto sobre esta, pero lo que más impactó a los indios no fue su respuesta si no al momento que se metió al agua, ya que cuando se arrojó no salpicó ni una sola gota de agua, ni mucho menos generó ninguna onda sobre esta.

Al poco tiempo después, los pobladores longevos tenían ya la información de lo sucedido y afirmaron que se trataba del espíritu de aquella mujer devastada que desapareció sin dejar rastro alguno. Hay varias leyendas ecuatorianas sobre esta chica actualmente, pero la más común dice que ella aún se deja ver a veces por varios pescadores que visitan aquel lugar, pero de lo contrario si vas allá solo para encontrarte con ella nunca conseguirás verla.

Leyenda del Mirador natural Ilocullin

De todas las leyendas ecuatorianas el mirador natural Ilocullin esel escenario de una de las más increíbles. Todo empieza cuando Dios creó el diluvio para desaparecer todas las especies, tanto humana como animales, y de esta forma empezar de nuevo el ciclo de la vida desde cero, debido a esto mucha de las personas se dirigieron hasta las diversas montañas que existían en esos lugares, y hacían rezos tales como el Ave María o el Padre Nuestro rogándoles por su vida.

Una de aquellas montañas a las que fueron las personas llevaba por nombre Shikita Hurcu, sin embargo un grupo decidió acudir a la de Ilocullin, la cual era una pequeña cima que de alguna manera, ayudó a las personas que fueron a ella. Todos aquellos que llegaron a Shikita Hurcuse se burlaban de los que fueron al mirador Ilocullin, pero el bienestar y risas de aquellas personas que por lo visto no tenían nada de empatía duraría muy poco tiempo.

El agua de ese lugar de un segundo para otro comenzó a crecer de forma apresurada, tanto fue así que terminó alcanzando el nivel máximo de la montaña, dando como resultado que muchas de esas personas fallecieran. Debido a eso la montaña Shikita Hurco desapareció por el crecimiento de las aguas junto con todos los indígenas que estaban en la parte más alta de dicha montaña.

En cuanto a la de Ilocullin no pasó esto, todo lo contrario, de forma muy extraña la cima del ese lugar también crecía de manera rápida al igual que las aguas, por lo que se mantenía más alto al punto de que rebasaba el nivel del agua, debido a que se transformó en una montaña gigantesca de un momento a otro. Una vez que el diluvio disminuyó y las aguas volvieron a su estado natural, el Ilocullin también comenzó a disminuir su tamaño hasta llegar a su tamaño normal. Las personas que lograron llegar hasta el mirador natural se salvaron, ya que dicho lugar es una zona muy especial.

Muchos indígenas dicen que allí habitan las deidades, dándole a ese mirador un poder capaz de salvar a las personas que van hasta la cima. Por lo que cada vez que ocurre alguna tempestad aquellos aborígenes se dirigen a las montañas para venerarlas como si fueran dioses y brindar sus agradecimientos. Hoy en día la cima del Ilocullin sigue siendo una de las leyendas ecuatorianas más destacas y reconocidas por sus habitantes.

La Diosa Umiña

La historia de la diosa Umiña es una de las leyendas ecuatorianas más antiguas, esta cuenta sobre uno de los caciques de la tribus Mantas el cual se llamaba Shygui y que se encontraba casado con una mujer muy hermosa, inteligente y humilde, de esta relación nació una pequeña niña con unos hermosos ojos verdes llamada Umiña. Su madre fue curandera, y para su sorpresa su única hija también llegaría ejercer esta misma profesión con éxito, lo que hizo sentir a la madre muy orgullosa de ella. A los 21 años su madre fallece, quedando de esta manera sola con su padre el Cacique.

Al transcurrir el tiempo los amigos del Cacique le aconsejaron que buscara otra esposa, y este accedió cansándose con una hechicera de la tribu pero debido al trato que tenía con los habitantes, la hechicera no fue muy bien acogida en la población, debido a esto toda la atención se centró en Umiña, ya que ella sí se dedicaba a ayudar a cualquier persona que lo necesitaba, a través de servicios médicos y religiosos, continuando la labor benéfica que le encomendó su mamá.

Debido a esto la hechicera que era su madrastra estaba muy celosa de ella, y procedió a embrujar al Cacique, es decir su padre, para que entonces él estableciera un decreto donde se dictaba que su hija debía ser atada a una balsa y dejarla sin comida hasta que muriera, pero debido a su bondad con los habitantes y la ayuda que les brindaba, además de los milagros que realizaba, al llegar a otra tribu vecina estos la devolvieron a su hogar sana y salva.

La hechicera al sentirse burlada hizo que el padre de Umiña bajo los efectos de su hechizo, creara otro decreto donde esta vez ordenaba la muerte de su hija, pero el Cacique ya se había curado de este malévolo embrujo para ese entonces. Por lo que no dudó en desterrar a la hechicera de la tribu para siempre, pero ella no lo tomó de buena manera y le dijo que después de tres lunas él moriría, y efectivamente después de transcurrir el tiempo el Cacique Shygui murió siendo asesinado por esta hechicera.

Umiña quien no sabía que su padre había sido asesinado, puesto que dormía custodiada por muchos guardias que la protegían, al despertarse es cuando se entera del asesinato de su padre y ordena inmediatamente que capturen a esa malvada hechicera, los soldados la persiguen pero ella logra escaparse convirtiéndose en un lobo feroz y abandonando a toda prisa la tribu.

Umiña muy triste por la muerte de su padre decidió no comer y con el tiempo se fue haciendo débil hasta morir en la tumba de este, cabe decir que si te encuentras en un momento parecido donde sientes que ya no puedes más, puedes recurrir a la Veladora abre caminos, la cual hace que fluyan las energías en aquellas situaciones donde no sabes qué más hacer.

Como última orden les dijo que no movieran su cuerpo de aquel lugar. Con esta última petición, los pobladores responsablemente obedecieron, pero al transcurrir el tiempo notaron que el corazón de Umiña no se había descompuesto.

De alguna manera inexplicable pero mágica, su corazón se transformó en una piedra roja del tamaño de un puño y además, en dicha piedra aparecieron dos puntos verdes que se fueron expandiendo hasta cubrirla por completo y convertirse en una reluciente y hermosa esmeralda.

El nuevo Cacique ordenó la construcción de un templo y que tallasen el busto de Umiña donde iría la esmeralda, para que así ella fuese adorada como una diosa. Desde los primeros momentos, cualquier persona que llegase desde otros poblados y tocara la esmeralda, de manera milagrosa y rápida eran sanada.

Por esta razón este relato se hizo muy popular entre las leyendas ecuatorianas, tanto fue así que en su momento muchas personas cuando se enteraron de la existencia de esta deidad, fueron hasta el templo para ser curados y bendecidos por la diosa Umiña, y en la actualidad esta deidad sigue siendo una de las más visitadas del país Ecuador.

La tunda se convierte en gallina

Para finalizar las leyendas ecuatorianas para niños, explicaremos la historia de «la tunda se convierte en gallina». Todo está en el “juyungo” (libro ecuatoriano) donde se cuenta una leyenda en la cual un muchacho que vivía en la ciudad de esmeraldas, fue enviado a realizar un mandado en la tarde a eso de las cinco, hora en la cual se dedica especialmente a la oración.

Dicho favor consistía en buscar unas gallinas que andaban perdidas por todo el lugar, cuando reunió a todas, se da cuenta de que una de las gallinas que poseía un curioso pelaje blanco, era la más alborotada de todas y llamó mucho la atención del muchacho.

“Cho cho, jurón, jurón”

Gritaba el joven niño mientras buscaba a aquella gallina blanca pero esta era muy inteligente y lo fue alejando de la población hasta llegar a una zona boscosa y perdida de la ciudad esmeralda, cuando quiso regresar se dio cuenta que ya era tarde y de que estaba muy perdido. Al pasar el tiempo se percató de que se encontraba frente a la temida tunda (una mujer monstruo semejante a un vampiro), que se había convertido en una gallina.

Los padres del niño al percatarse de que el pequeño no llegaba decidieron ir a buscarlo al bosque, pero no sin antes llevar perros ya que la tunda le teme a los canes, y con solo un ladrido pueden hacerla desaparecer. Lamentablemente, al tercer día de la búsqueda encontraron el cuerpo sin vida del joven y con una expresión de terror en su rostro. Esta historia se la suelen contar con frecuencia a los niños en Ecuador para que no se alejen de sus padres.

Leyendas Riobambeñas

Las leyendas ecuatorianas riobambeñas, son todos aquellos relatos que tal como lo dice su nombre son provenientes del Riobamba, la cual es una ciudad con una alta variedad y diversidad de cultura, arte, historia y por supuesto folclore. Por tal motivo, te mostraremos algunas de estas leyendas ecuatorianas pertenecientes a estos pequeños pueblos rurales.

El descabezado de Riobamba

El descabezado de Riobamba es una de las leyendas ecuatorianas del siglo XIX, la cual comienza con la aparición de un alma en pena que aterrorizaba a todos los habitantes que caminaban libremente por las calles de esta ciudad, se dice que aquellos que lograban ver al descabezado quedaban paralizados y eran aterrorizados por largas noches por este espíritu de la oscuridad.

Dicha deidad maligna vestía de negro y su caballo era del color de la noche, por eso cuando se escuchaba el galope los habitantes se escondían rápidamente en sus casas y cerraban todo para no verlo. De esta forma se empezaron a crear diferentes cuentos o a imaginar el verdadero origen del descabezado, una de esas imaginaciones es que había sido un soldado de la guerra, aunque otros pensaba que era alguien que buscaba una cruenta venganza.

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Por otro lado, están aquellos que pensaban que era uno de los curas, ya que ellos eran los únicos que se habían beneficiado con la llegada del descabezado al pueblo, debido a las ofrendas que las personas hacían en la misa. Pero de igual forma, el temor al espíritu se mantuvo ya que al llegar al pueblo de Riobamba muchos temen al escuchar el galope de un caballo sin rumbo con un jinete sin cabeza sobre él.

Por esta razón los habitantes siempre se aseguraban de llegar a sus respectivos hogares mucho antes del ocaso y así no ser atormentados por este ser maligno que buscaba atemorizar a las personas que vivían en Riobamba, cerrando las ventanas y las puertas con llave para no ver esa figura negra y diabólica sin cabeza. Cabe decir que también es una de las leyendas ecuatorianas más aterradoras de todos los tiempos.

El duende de san Gerardo

La leyenda cuenta que en un pequeño pueblo llamado San Gerardo, la cual es una zona que se encuentra cerca del Riobamba, vivía un joven llamado Juan quien trabajaba en una parte muy lejana del lugar, dentro de una montaña muy apartada de todo vestigio de civilización, de tal manera que para poder llegar a su trabajo el joven debía atravesar esa montaña muy peligrosa y solitaria todos los días, por lo cual siempre se paraba muy temprano y salía antes de las ocho de la mañana, aprovechando así la luz del sol.

Un día, tras haber finalizado su jornada laboral a las 8 de la noche decidió retirarse a su casa como era de costumbre. Pero aquella noche era muy tenebrosa y el ambiente se sentía muy tenso en el camino de regreso, y en ese preciso momento el joven sintió que lo estaban siguiendo, pero no le dio importancia, ya que asumía que podía ser el viento que hacía mover a los árboles que tenía a su alrededor.

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Tras un buen rato de caminar por ese sendero del bosque tenebroso y oscuro, en el cual solo se podían escuchar diferentes sonidos de la naturaleza que ponían a cualquiera aterrorizado,  entre todos aquellos sonido el joven escuchó una voz clara y fuerte que le dijo:

«Por ninguna razón voltees la mirada hacía atrás, lo único que deseo es que me des el cigarro que llevas en la mano».

Juan al escuchar esto sintió un gran escalofrío y un miedo que hizo que se le helará la respiración, obedeció a esta voz y le dio el cigarrillo sin voltear, tirándolo en el sitio y caminando de una forma rápida para lograr llegar a su casa lo antes posible. Al día siguiente Juan se disponía a salir de su casa, no sin antes llevar una caja de cigarrillos, como precaución y también por su vicio.

De nuevo cuando se disponía a regresar a su casa caminando por el bosque en una oscuridad perpetua y con una sensación de que algo lo seguía, la misteriosa y aterradora voz le dice de nuevo que le diera un cigarrillo a lo que Juan decidió hacer como si no hubiese escuchado nada y siguió su camino, pero antes volteó rápidamente y se dio cuenta de que aquella voz misteriosa era de un hombre muy pequeño.

Ese hombre tenía un látigo y un sombrero muy grande. Por suerte esa noche Juan logró llegar a su casa asustado y le contó a su mamá lo que le había pasado, a lo que ella le aconsejó que la próxima vez se lleve un amuleto de protección. Juan obedece a su mamá, por lo que al salir el día siguiente se lleva su caja de cigarrillos y guarda un crucifijo para su protección.

Ese mismo día de regresó a casa caminando por el mismo bosque en una noche igual de atemorizante como las otras, de la nada aparece el mismo hombre pequeño, pero esta vez el hombre no vino a pedirle un cigarrillo sino a darle fuertes y dolorosos latigazos en la espalda, Juan lastimado por estos fuertes golpes que le propinaba aquel pequeño hombre y sintiendo un dolor inimaginable pero siendo muy audaz, rápidamente saca el crucifijo que su madre dijo que llevara.

Lo sostuvo con sus manos fuertemente y lo mostró al pequeño y maligno hombre, haciendo que corriera muy rápido a la oscuridad de aquel bosque y que no apareciera más nunca. Aunque para estos tipos de casos también se recomienda rezarle una Oración a Santa Eduviges, la cual se le conoce comúnmente como la santa protectora.

La silla del cementerio

Los cementerios son lugares donde reposan las personas después de vivir su vida en este campo terrenal y pasan a otro plano astral, donde no hay preocupaciones, ni dolores, ni angustia, es donde existe un lugar de paz, también se dice que si las lápidas de las tumbas pudieran hablar estas contarían muchas historias, desde cautivadoras hasta melancólicas.

De esta manera se cuenta la leyenda de la silla del cementerio, relato basado en hechos reales, por lo que será la historia ideal para culminar este artículo sobre las leyendas ecuatorianas. Todo comienza con un matrimonio formado por Elizabeth y Jozef, dos personas que llegaron a la ciudad a finales del siglo XIX y se establecieron en la ciudad de Riobamba, eran una simple pareja que se amaban mucho el uno al otro sin importar el paso del tiempo.

Eran bien conocidos en dicha ciudad, ya que siempre brindaban ayuda a los pobladores sin esperar nada a cambio, pero a pesar de que todo era hermoso, llegó un momento oscuro para dichas personas. A Elizabeth se le diagnosticó una grave enfermedad desconocida y a pesar que su esposo intentó todo lo posible por salvarla, Elizabeth terminó falleciendo.

Su esposo quedó muy triste y devastado por esta situación, ya que fue muy abrumador ver como su mayor amor lo abandonaba dejándolo en un dolor insuperable. Jozef con el paso del tiempo jamas logró aliviar ese intenso dolor, ya que no podía sacarla de su mente en ningún momento.

El pobre hombre siempre se la pasaba abrazando la lápida de su querida esposa día y noche. Es importante señalar que la pareja solamente había viajado a la ciudad para conocerla y no quedarse a vivir en ella, por lo que al llegar el día de regreso a su país de origen Jozef se opuso a abandonar la tumba de su querida y amada esposa, ya que él aclaraba que no tenía ningún familiar en su tierra natal.

Las autoridades se apiadaron de aquel pobre hombre y lo dejaron tranquilo, para que de esta forma fuese visitando el cementerio. Todas aquellas personas que iban al cementerio veían a Jozef sentado en una vieja silla al lado de la tumba de su esposa, le hablaba, le contaba poesía, le cantaba y leía sus textos favoritos, así transcurrió la vida de Jozef, hasta que finalmente falleció.

Fue enterrado por la misma gente que trabajaba en dicho cementerio al lado de su esposa y colocaron la silla en la tumba, como un recuerdo de que el amor verdadero que se siente hacia una persona, es un sentimiento puro de cariño y lealtad, que demuestra a todos que sí existe en esta vida y en la otra.


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